La odisea de alquilar en la costa: «No hay pisos de larga temporada y cuando los hay, son caros»Noticias recientes 

La odisea de alquilar en la costa: «No hay pisos de larga temporada y cuando los hay, son caros»

  • Informe El precio de la vivienda sigue disparado en Andaluca, con subidas de ms del 7%

La falta de vivienda asequible en los enclaves ms tursticos de Andaluca y muy especialmente en las zonas del litoral, sigue siendo un problema y la Ley de Vivienda aprobada por el Gobierno el pasado mes de mayo, lejos de mejorar la situacin, parece que ha contribuido a empeorarla. As, frente al aumento de la demanda de propiedades para rentar como vivienda habitual, el parque de alquiler se reduce cada da ms y como consecuencia, los precios son cada vez ms altos. Hoy, encontrar un alquiler convencional en la costa andaluza es toda una odisea porque «no hay pisos de larga temporada y cuando los hay, son caros», asegura la estudiante cordobesa de Diseo de Moda en Mlaga, Jennifer Snchez.

La situacin no solo est afectando al bolsillo de los jvenes que buscan emanciparse o al de quienes necesitan cambiar de residencia y no quieren o simplemente no pueden comprar, tambin est teniendo un impacto muy negativo en la captacin y la retencin del talento y en la proteccin de la vida local, denuncian desde la Asociacin de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (AEHCOS), aunque este es un tema recurrente en cualquier foro econmico en el que se aborde la cuestin.

Muchos de los perfiles que requiere la industria hotelera, a la que en los ltimos tiempos tanto le est costando cubrir vacantes, no tienen acceso a la vivienda en los municipios tursticos donde ms actividad se genera. «Es imprescindible habilitar suelo dedicado a vivienda asequible» y tambin contar con «viviendas confortables», ha sealado al respecto el presidente de AEHCOS, Jos Luque, en un encuentro de profesionales y directivos del sector, organizado por la escuela suiza de hotelera Les Roches en Marbella, porque «sin trabajadores con calidad de vida, los hoteles no pueden dar un servicio 5 estrellas».

En este punto, aunque en otro contexto, el presidente de la Asociacin de Constructores y Promotores de Mlaga (ACP), Jos Manuel Rosillo, explica a EL MUNDO que frente a las oportunidades de regiones al alza como la Costa del Sol o la propia Mlaga, la falta de vivienda para aquellos que han de prestar los servicios o realizar los trabajos que genera la propia construccin o la actividad inmobiliaria derivada de ella es un reto al que dar solucin ms pronto que tarde. El alojamiento se ha convertido en «moneda de cambio» a la hora de contratar personal, ya sea nacional o extranjero, explica Rosillo, para quien no se trata de que los salarios sean bajos, sino de que no hay viviendas en rgimen de alquiler suficientes para atender la demanda actual y ante la escasez, los precios suben.

En esto influyen cuestiones tan diferentes pero tan relacionadas como la falta de suelo finalista para construir o la inseguridad que siente el propietario a la hora de alquilar, apunta el presidente de ACP, pero lo que no se puede hacer es «responsabilizar a la empresa privada de la falta de una poltica de vivienda adecuada».

35 metros, 700 euros al mes

En municipios como Marbella, el alquiler de un estudio de apenas 35 metros cuadrados no baja a da de hoy de los 700 euros mensuales y sube a los 950 euros si se busca un piso con dos habitaciones en un edificio que tenga ascensor, segn lo publicado a 10 de octubre por el portal inmobiliario Idealista. En Mlaga se pagaran 550 euros mensuales por un apartamento de 29 metros cuadrados tipo loft -lo que viene a ser el estudio de toda la vida- y no menos de 700 euros por una vivienda de dos dormitorios.

En Cdiz el precio mensual de un estudio de 50 metros cuadrados estara en 650 euros y s, sera posible alquilar una vivienda de dos dormitorios por debajo de los 600 euros mensuales pero slo con la condicin de que se deje libre durante los meses de verano. En esta capital andaluza resulta prcticamente imposible rentar algo a un precio que se pueda considerar asequible por un periodo superior a los diez meses.

Granada

Una situacin muy similar se vive en Motril, uno de los destinos vacacionales de sol y playa ms populares de la provincia de Granada. De mediados de septiembre a mediados de junio el precio de un piso de dos dormitorios ronda los 425 euros pero puede superar perfectamente los 1.800 euros mensuales en plena temporada estival. Tambin en Almera se da esta circunstancia. Se pueden arrendar propiedades en torno a 400 euros al mes durante la temporada escolar, de septiembre a junio, pero los precios se duplican e incluso triplican en julio y agosto.

Conseguir un alquiler convencional o de larga temporada se complica sobremanera para aquellos que tienen mascotas, pero sobre todo para quienes tienen nios, no slo porque necesitan ms espacio y por tanto los alquileres son ms caros, sino porque los arrendadores son conscientes de que es mucho ms difcil desahuciar a un inquilino que no paga si hay menores de por medio.

A la pregunta: cmo es esto posible? La respuesta para la mayora de los propietarios es muy sencilla: el alquiler de larga temporada tiene ms riesgo de impago, da ms dolores de cabeza y es menos rentable, subraya la empresaria y experta en el sector inmobiliario Kristina Szekely.

Miedo a alquilar

La mayor parte del parque inmobiliario andaluz est en manos de pequeos tenedores, recuerda el presidente de la ACP, y se echan en falta medidas que les incentiven a poner sus viviendas en el mercado. Actuaciones que, a juicio de Rosillo, pasan por dar mayor seguridad jurdica al propietario o agilizar las desocupaciones. Aqu, sin duda, la administracin pblica tiene mucho que decir porque «hay mucho suelo parado que se podra destinar a vivienda asequible a travs del desarrollo de proyectos de colaboracin pblico-privada» y muchas medidas que se podran adoptar para proteger a quienes pueden poner sus segundas residencias en alquiler, recalca.

Los propietarios tienen miedo porque se sienten jurdicamente indefensos ante una ley de vivienda que piensa ms en los derechos del arrendatario que en los del arrendador, que pone lmites al precio del alquiler, a la actualizacin anual de los contratos de arrendamiento o a las garantas que se pueden exigir a un inquilino para garantizar el cumplimiento de sus obligaciones respecto al pago de la renta, aade Szekely.

La nueva ley, se puede leer en el resumen de la misma que aparece publicado en la pgina web de La Moncloa, «persigue ayudar a aquellos colectivos con ms dificultades de acceso a este bien» y «fortalecer el equilibrio en las relaciones entre arrendador y arrendatario» pero la realidad es que se olvida de los derechos del propietario, a cuya espalda carga gran parte del peso del problema de la falta de vivienda asequible que sufre el pas y que ve con temor cmo puede llegar a perder de facto el control de su vivienda frente a inquilinos que no pagan, contratos que se prorrogan y desahucios que se eternizan mientras se buscan «soluciones habitacionales» para los moradores que se estime estn en situacin de vulnerabilidad.

Unos, optan por retirar sus propiedades del mercado, otros por los alquileres tursticos y los que se arriesgan a rentar de larga temporada tratan de asegurar lo mejor que pueden los pagos, precisa Szekely. Esto se traduce en que en muchos casos se pide al inquilino no slo demostrar su solvencia econmica aportando contrato laboral y nmina, sino tambin contar una antigedad de seis meses en el trabajo, abonar un seguro de impago, concretar un aval bancario e incluso pagar la estancia completa por adelantado.



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