El PNV condiciona su ‘sí’ a Sánchez a otras 30 transferencias que no cumplió en la anterior legislatura
El PNV fue el primer partido político que anunció su apoyo a Pedro Sánchez hace cuatro años. Corría diciembre de 2019 cuando Andoni Ortuzar rubricó un pacto de gobierno que incluía el compromiso de los socialistas para «proceder a la negociación y traspaso» de las competencias estatutarias pendientes. Ese punto del acuerdo se transformó, apenas un mes después, en un calendario de 35 transferencias que debía culminar en mayo de 2022 con la realización de un estudio para abordar el traspaso de la gestión económica de la Seguridad Social. Sin embargo, cuando Sánchez convocó las elecciones del 23J, apenas se habían completado cinco de las competencias incluidas en esa lista.
De ahí que el PNV ahora quiera garantías de que los pactos se cumplirán. «Sin un sí taxativo a las transferencias pendientes, no habrá ‘sí’ del PNV a Sánchez», advirtió ayer Ortuzar en una entrevista en TVE. El presidente de los peneuvistas recordó al líder del PSOE que son «viejos conocidos» y que su partido aún no ha olvidado las «sombras» que han marcado la relación entre ambas formaciones durante la última legislatura. La llegada de la pandemia pronto enfrió el entusiasmo inicial de un pacto que los nacionalistas en su día calificaron de «histórico». El tenso clima político posterior y una «cierta indolencia», según Ortuzar, hicieron que Pedro Sánchez se olvidara de lo acordado y fuera dando largas a todas las peticiones del lendakari. Hasta tal punto que en cuatro años apenas han logrado completar el traspaso de cinco de las 35 competencias previstas.
Lo primero en transferir, por ser también lo más sencillo de gestionar, fue la cesión de dos tramos de autopista, la asignación del identificador ISBN y del código ISSN para publicaciones y el traspaso de un inmueble del distrito marítimo de Ondárroa (Vizcaya). Algo más espinoso resultó la transferencia de prisiones, aunque finalmente el Gobierno vasco consiguió cerrarla en octubre de 2021. En este tiempo también ha logrado hacerse con la gestión del Ingreso Mínimo Vital, gracias a que en la comunidad autónoma ya estaba implantado el sistema de ayudas sociales a través de la Renta de Garantía de Ingresos, un mecanismo muy similar al IMV.
Pero todo ello supone sólo un escaso 15% de lo pactado. De ahí que los peneuvistas insistan en que todavía quedan «un montón de materias» por transferir que el propio Sánchez «reconoció y calendarizó». La falta de iniciativa de los últimos tiempos llegó incluso a desesperar al PNV y el Gobierno vasco optó por adelantarse al proceso habitual y ser él mismo quien enviara los informes y propuestas para avanzar en los traspasos. Así lo hizo con las competencias de trenes de Cercanías, meteorología, salvamento marítimo, el fondo de protección a la cinematografía, la gestión del litoral, las autorizaciones de trabajo a los extranjeros inmigrantes o el Centro Nacional de Verificación de Maquinaria.
Precisamente Ortuzar ha destacado en su última intervención las competencias de ferrocarriles o la seguridad como algunas de las cuestiones clave. La primera de ellas, no en vano, llegó a estar muy avanzada en la negociación, pero el hecho de que el Gobierno en el último momento argumentara dudas acerca de su «viabilidad jurídica» provocó el enfado del Ejecutivo de Urkullu y nunca llegó a buen puerto. La lista de competencias pendientes la completan cuestiones de calado como la gestión de puertos o aeropuertos, la gestión del litoral y de las cuencas hidrográficas o la homologación de títulos extranjeros de enseñanzas universitarias. Esta última resulta relevante para el Gobierno vasco para agilizar la convalidación de títulos en algunas profesiones, como las sanitarias, donde hay escasez de mano de obra.
Aunque entre todas, la joya que más anhela el PNV es la gestión de la Seguridad Social. También es la que más dudas y recelos genera en la sociedad. El calendario pactado con Sánchez en un inicio se comprometía a elaborar un informe para determinar si era viable que la comunidad autónoma asumiera la gestión económica, es decir, el pago, sin opción a que pudiera tocar las prestaciones. Se trata de un supuesto que, según los nacionalistas, está contemplado en el Estatuto de Autonomía.
Salto en el autogobierno
«Estas van a ser las materias fundamentales de conversación y de negociación», ha asegurado Ortuzar, que no esconde que también piensan en ir un paso más allá. En la última entrevista concedida hasta la fecha reconoce que su partido tiene «en lontananza» la posibilidad de dar «un salto» en el autogobierno. «Es la única comunidad autónoma que no tiene su Estatuto de Autonomía renovado; no lo tiene ni tan siquiera completado», ha recordado.
Es por ello que Ortuzar aboga por abrir «un diálogo» no solo entre las fuerzas políticas vascas, algo que ya se ha hecho en el Parlamento vasco, aunque de momento sin resultados, sino también por extender esas conversaciones a Madrid. Insiste en que ese diálogo debe hacerse dentro del «cumplimiento taxativo y en los términos en los que el Parlamento vasco estableció el proceso de transferencias aún pendientes». Los nacionalistas aseguran que, después del encuentro con su portavoz parlamentario, Aitor Esteban, en el Congreso, no se han producido nuevos contactos con el entorno de Sánchez. El PSOE ahora sabe que cuando lo haga el PNV pondrá sobre la mesa «los compromisos que han quedado en el tintero» y pedirá garantías de la palabra dada. «Es muy importante que haya certezas y calendarios fijados para su cumplimiento», concluye Ortuzar.